Creyó que nadie iba a llegar a sus talones...

 

Sabemos que se cayó en la quinta final, cuando los zapatos no le respondieron más, y mientras se le rebelaban, una mosca encontró el camino hasta su garganta.

Y una lápida de sudor le recorrió el silencioso espacio loco entre sus manos, mientras nadie conocía más fuerza que la de una teoría extraña, llena de runas de la rosa, apagadas por el tiempo consumido entre sus caricias de gigante de mármol...

 

Un túnel que consume la vida, mientras la guía... Un laberinto que es amor, pero es carne, pero es llagas, es agresividad, es sangre...

 

Una maldita noche más, cada vez más cercano el fin, mientras mi cabeza nada entre amapolas, y un cigarrillo inerte se consume en su cenicero plateado,

Una yegua andante que camina tranquila en su mejico feliz, llena de mojito.  El ají que le arde, y una lágrima

(de ese lado de su alma)

cae entremezclada con el miedo...

(y el azul ocupa más todo...)

Y el planeta del agua que se come sus entrañas.

(las llagas siguen cerradas)

 

pero el silencio... ese puto silencio... me ha comido las uñas, me ha desnudado el cerebro, me ha concebido sin cabello...

 

(el azul emerge...)